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Ensenada de San Simón

Hoy he estado en el interior de la ría de Vigo, un lugar muy especial y plagado de historia: la ensenada de San Simón dominada por la isla del mismo nombre. Antiguamente eran dos islas: San Antón y San Simón, hoy en día unidas por un puente. Aquí es todo muy emocionante: la isla estuvo ocupada por diferentes órdenes monacales que buscaban la paz que inspira esta zona.
Fue ocupada por los templarios, testigo de batallas (revueltas irmandiñas), asentamientos religiosos, abandonos, asaltos, saqueos… el propio pirata Francis Drake atacó la isla, el muy malvado.
Pero tal vez, el episodio más relevante tiene lugar en 1702: la batalla de Rande en la que las tropas anglo-holandesas derrotaron a las franco-españolas y saquearon toda la costa. Entre las fechorías, es incendiado el monasterio de San Simón, que tras ser reconstruido y nuevamente atacado por los ingleses, es abandonado.
Se dice que en esta agua sigue sumergido un tesoro de valor incalculable que viajaba en los galeones.
Posteriormente, su suerte fue algo más tétrica pues se utilizó como lazareto y con la guerra civil se transforma en cárcel. Aún hoy en día hay ancianos en Redondela que estuvieron allí presos.
Como la isla es tan bonita, decidieron utilizarla con fines lúdicos y se transformó en residencia de verano de la guardia de Franco pero las vacaciones en la idílica isla terminaron pronto porque dos años más tarde (1950), 43 miembros de la citada guardia murieron ahogados en el naufragio de su barco Monchita –por causas desconocidas- y volvieron a cerrar la isla. Antes de la actual remodelación fue usada como centro de formación de huérfanos marineros. En fín, que tan pequeño enclave ha tenido una historia muy movidita. Esperemos que con su presente uso como lugar de recuperación de la Memoria Histórica, con centro de documentación y biblioteca logre una paz bien merecida.
Hoy en día puede ser visitada en grupos concertados en barcos gratuitos que zarpan desde Redondela y San Adrián de Cobres. Las visitas son de aproximadamente dos horas y es aconsejable reservar plaza. (986903884). En estas aguas suceden las cosas más increíbles: hasta vimos un cisne nadando tan tranquilo.
En tierra, la playa de Cesantes es muy adecuada para todo tipo de deportes náuticos ya que la tendencia es que por la mañana no haya viento y por la tarde sople con fuerza. Del otro lado y hacia Vigo está la Borna, una pequeña playita abrigada del norte.
Como a mí no me dejaban embarcar para ir a la isla (lo que me parece una injusticia porque pude ver perros vigilantes pasándoselo bomba) decidimos ir en un velero alquilado, que si que me admitían y fue todavía mejor. Me encantó la sensación del viento y la brisa del mar. Fondeamos frente a la isla y nos pusimos morados con tortilla y calamares que encargamos en la Taberna del Puerto, (Puerto deportivo; 986220246) y unos deliciosos bocatas y pizza de Brétema (Montero Ríos 12, frente al puerto; 986226260). Todo ello a muy buen precio. También es posible ir a tomar algo a cualquiera de los restaurantes con pantalán de los que ya os hablaré porque pienso repetir y explorar la navegación por la ría a fondo.
El velero es precioso. Se llama Wind Rider en homenaje a un husky siberiano gran navegante y, por tanto, los perros son bienvenidos a bordo. Organizan paseos por la ría adaptados a los clientes. También es posible inscribirse en el club de vela para los que más amen el mar. O puede alquilarse completo y hacer vida a bordo. Tiene cocina, dos camarotes, ducha…Os encantará (Tlf. 630926278)

Para alojarse en la zona, un lugar donde somos bien recibidos es Casa do Pombal en Meira, Moaña (tlf. 678 70 43 74)
http://www.casadopombal.eu/. Tienen una finca enorme, piscina, rutas de senderismo desde la casa, buenas vistas...60€ la habitación doble.


Ver Isla de San Simón en un mapa más grande

Ruta ecológica Liméns, Santa Marta, Areamilla, Cangas

Hoy tocó paseo de exploración. Fue muy divertido. La ruta discurre desde la playa de Liméns y Santa Marta hasta el campo de football de Massó en Cangas o viceversa.
Es una ruta muy agradable y variada: el sendero serpentea todo el tiempo paralelo al mar con unas vistas impresionantes de la ría de Vigo y va cambiando ofreciendo numerosos puntos de interés. Las playas de Liméis y Santa Marta ya de por sí merecen la pena. El agua es cristalina y tranquila con una arena fina que termina en un complejo dunar. Un bañito antes de emprender la ruta hará que el pelaje mojado infunda energía para toda la caminata.
Del lado del mar, podremos ver zonas abrigadas con barcas multicolores de pescadores, zonas de rocas con buzos intentando pillar algún centollo, veleros, barcos de todo tipo entre las balizas…Y del otro lado, fuentes y las llamadas furnas, que son cavidades creadas por la erosión del mar contra la roca de la costa y acaban formando una gruta vertical desde la que se puede oir el mar. Da bastante impresión. Esta zona está vallada y protegida pero por si acaso me pusieron la correa para que no saliese del sendero.
Y en seguida encontramos otra playa, Areamilla, donde podemos refrescarnos de nuevo y tomarnos un piscolabis en el chiringuito. Unos bocatas de lomo con queso calentitos y unas bebidas te harán llegar sin problemas al final del recorrido pasando por la laguna de Massó, con multitud de aves costeras (vimos hasta un cisne) y la antigua factoría ballenera, activa hasta el año 1985 y utilizada hoy por los pescadores para varar sus embarcaciones. En este entorno protegido, se pueden ver las tradicionales gamelas y dornas.
Pasando el campo de football se entra en Cangas donde, tras un descansito en sus terrazas (ver entrada Cangas), se puede emprender la vuelta que, curiosamente, se me hizo muy corta. En resumen, un paseo muy recomendable, de gran riqueza ecológica y patrimonial que combinado con un adecuado complemento gastronómico, dejará muy satisfecho a tu cuerpo y mente.

Cangas del Morrazo

Una de las cosas buenas de Cangas es la pasión por las terrazas. En cuanto sale un rayo de sol, la gente se echa a las calles y terracea. De hecho, las instalan incluso en pleno invierno, aunque llueva. Me encanta esta costumbre porque así siempre puedo acompañarlos a desayunar o tomar un refrigerio.
Me gusta mucho La Marina, a la altura del puerto deportivo. Es un bar como de los de viejo, donde se jugaba al dominó, cartas y ajedrez entre humo y olor a café. Tienen unos churritos buenísimos y magdalenas de panadería muy ricas. Eso más un café con leche y un té 2.70 en la terraza. Los bocatas de jamón asado con queso también están muy buenos.
También es muy recomendable el casco antiguo. Es muy tranquilo, fresquito en verano y abrigado en invierno. La ex-colegiata, de fachada renacentista, es el monumento más destacado. Merece la pena pasear por las calles y observar las casas de patín (escalera exterior adosada) que eran las viviendas de los marineros, donde charlaban al fresco y se cosían y ponían a secar las redes.
El mercado es otro de mis lugares favoritos: pescado y marisco fresquísimo y variado a buen precio. Las pescantinas son muy amables y hay una especialmente encantadora que siempre mete en la bolsa un pescadito pequeño para mí.
La calle real tiene un toque bastante señorial con casas blasonadas y luminosas galerías. Hay muchos perros por la calle y hasta hay una joyería con un letrero que admite nuestra entrada. No es que me interesen mucho las joyas pero agradezco el detalle.
Pero, sin duda, lo más interesante sucede los sábados por la tarde hacia las 7-8. Si paseas en dirección a la calle real desde el mercado, notarás uno de los olores más deliciosos que hayas experimentado.
Según los científicos, el ser humano tiene unos 5 millones de células olfativas. Nosotros 200 millones, pero no temáis, este olor puede también ser percibido por el hombre. Cada vez que aparece, mis humanos se dirigen, como abducidos, al lugar de procedencia: la pastelería artesana “La Vaguada”, en la Plaza de la Constitución (Tlf. 986302033) y cogen, según sale del horno, un esponjoso brazo, con una masita tipo roscón de Reyes absolutamente sublime. Aunque lo tengo totalmente prohibido, logré pillar unas migas y su sabor y textura aun persiste en mi memoria. Es mejor encargar. Se corre el gran riesgo de llegar allí y que te digan, ante un mostrador lleno de brazos humeantes, que ya no quedan.
Y siguiendo con la comida, hay muchos sitios con terraza donde podemos degustar delicias de la ría. Mi favorito es el Macillos (986300517), en el casco antiguo, a la altura de la estación marítima, donde por menos de 10€ puedes tomar un menú estupendo. En esta ocasión nos tocó chocos en su tinta con arroz y fritada de pescaditos variada con pimientos de padrón. Hmmm.
El paseo marítimo es también muy recomendable: desde la estación marítima sale el barco cada media hora para Vigo. Somos admitidos a bordo y no pagamos. La travesía es muy agradable y la zona a la de Vigo a la que llegamos es bastante perruna, con áreas verdes y muchas terrazas (ver Vigo). Junto a la estación marítima se encuentra también la oficina de información turística donde facilitan toda la información sobre la zona. Son muy maj@s. Para alojarse en la zona, hay varios establecimientos que nos admiten. Muy recomendable la Casa Rural do Ouro http://casadouro.blogspot.com/ . Teléfono: 986 328 451 o 617 202 918. Desde 64€ la habitación, iva incluido.
Me ha entrado mucha hambre. A ver si cae algo...

Marejada en la ensenada de Barra

Hoy ha ocurrido algo terrible: ha desaparecido un marinero. Moncho, el humano del perro al que yo llamaba Lolito y resulta llamarse Xoubo no ha vuelto de la pesca. Lo esperaban para comer a las 2 como siempre y nada. Había bastante mar, aunque nada preocu-pante. Se está haciendo de noche y sigue sin volver. Su mujer, Puri y Xoubo no se han movido de la orilla en toda la tarde mirando fijamente al mar y eso que ha llovido bastante. Quieren que Puri vaya a dormir un rato. Le dicen que ya lo está buscando mucha gente pero ella no quiere saber nada de volver a casa sin Moncho. Estoy muy preocupado. Yo también salí a buscarlo en el velero. Me llevaron a ver si mi instinto podía ser de ayuda pero con tanta lluvia y niebla no fui capaz de detectar nada. Al llegar cerca de las bateas noté algo raro y ladré un poco, pero resultó ser una falsa alarma. Me destroza ver desde la ventana las siluetas de Puri y Lolito inmóviles bajo la lluvia. Hace un rato han logrado llevarse a la fuerza a Puri pero Lolito sigue allí, clavado, desesperado.
Son ya las 12 y nada. Me han bajado de nuevo a la playa porque no dejo de gimotear. Saludé a Lolito e intenté animarlo pero no hubo forma. Elna y Fe le llevaron unas salchichas pero el las olisqueó con poco interés y siguió mirando el mar.
Hoy no voy a poder pegar ojo.
La cosa está bastante mal. Han encontrado la chalana sin rastro de Moncho. Sólo dos pulpos y el aparejo. Hay que hacer algo. Vuelvo más tarde.
Muy buenas noticias!!! Ha aparecido Moncho y está perfecta-mente. Sólo tiene frío y hambre (ya le han dado agua). Os cuento lo que pasó: recogiendo un pulpo vino una ola grande y cayó por la borda. Intentó subirse de nuevo a barca pero con el oleaje no le dio alcance. Como estaba cerca de una batea, decidió agarrarse a ella y cobrar fuerzas. Pero empezó a tiritar y se dio cuenta de que no lograría alcanzar la orilla. Dice que no es muy buen nadador. Pensó que su única opción era subirse a la batea y esperar a ser rescatado. Y hubo suerte. Otra barca que salió por la mañana lo vio hacer señas y lo trajo. Nos van a invitar a merendar a todos los que colaboramos. Moncho especificó que a mí también me tienen que dar algo, porque su mujer le contó que había ladrado al pasar por allí. Allá me voy.
La comilona ha resultado un éxito: hubo pulpo, empanadas, mejillones, chocos con arroz, huevas, fritura de pescaditos, chipirones salteados con pimiento y cebolla, sardinas y pan. He de confesar que Lolito y yo cogimos una sardina con pan cada uno (creo que no fue robar, estaban dispuestas en unas mesas a nuestra altura). Todo esto en el restaurante STOP en Hío (986329475/329577, enfrente del crucero, con terracita donde somos admitidos. La comida buenísima y los precios muy razonables. Muy recomendable. Y un vinito para acompañar: Un Ribeiro, Vilerma. Precio aproximado: 9€

Playa de Melide y Cabo Home

Hoy ha tocado ir en coche por una pista de tierra pero ha merecido la pena: he correteado por la playa de Melide, enclavada justo enfrente de las Islas Cíes entre la ensenada de Barra y Cabo Home.
Me gustó mucho esta zona, es bastante salvaje y hay una interesante ruta de senderismo ecológico entre pinos con unas vistas increíbles. Es muy variada: Se pasa por la playa de Melide (fina arena, vistas a las Cíes, muchos barcos faenando y chiringuito), tres faros: Punta Subrido, Punta Robaleira y Cabo Home, los acantilados de la Costa de la Vela y el mágico Monte Facho con el santuario del Dios Berobreo. Desde aquí se puede ver a la derecha las Islas Ons, a la izquierda las Cíes y perder la mirada por el centro a otro continente y Terranova, mi lugar de origen. Creo que hasta pude olfatear sus olores.

Conocí a muchos perros aventureros. Un husky llevaba su propia mochilita roja y unas botitas de trekking porque el año anterior había hecho el camino de Santiago y se había lastimado las almohadillas por el asfalto y sus humanos no querían que le volviese a suceder. Muy majos.
Gracias en nombre de los de mi especie. Hablando de patas perrunas: la playa de Melide tiene forma de pezuña que se adentra en el mar con membrana interdigital(como la mía) que forma la playa. Ya veis que me identifico mucho con el lugar…

Como la ruta abre bastante el apetito una recomendación: el restaurante Cabo Home, en Donón. Ha sido un hallazgo curioso porque todos los días veíamos un gran letrero anunciador en la carretera pero no le hacíamos ningún caso. Imaginábamos que sería el típico lugar para turistas. Una persona de la zona nos lo recomendó y ha resultado ser uno de nuestros favoritos. Aunque está más bien concebido para comer en los comedores del interior, tienen una terracita fuera donde podemos estar y ver comer ricas tapitas.
Aquí se puede uno permitir un marisquito o un exquisito pescado al horno de la ría, albariño casero y buenos postres por un precio razonable.
También aquí el menú del día es sorprendente: huevas de merluza, pescaditos de la ría, almejas con fideos, fresas con nata…postre o café y bebida por 8 € en el comedor de la entrada y 9€ en el grande. Importante: sólo se sirve de 1 a 2 de lunes a viernes. En el verano, es recomendable reservar. Tlf. 986328077

Al atardecer, subimos a tomar un helado al chiringuito de arriba para ver la puesta de sol
con las Cíes de telón de fondo. A mí no me dejan entrar en los teatros, pero no creo que pueda haber un escenario más espectacular. Y gratis. No os lo perdáis.


Al llegar estaba derrotado y me dormí adoptando la silueta de la playa, soñando que me bañaba el mar.


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El delfín Gaspar en la ría de Vigo

Habréis oído que el delfín Gaspar se pasea de un lado a otro por todas las rías gallegas, pero parece que, de momento, su favorita es la ría de Vigo, especialmente el puerto deportivo.
Aparece cuando menos te lo esperas. El otro día estaba asomado al muelle observando las gaviotas cuando ví que una gran boya redonda naranja entraba a buen ritmo por la bocana y navegaba con mucha pericia entre los barcos amarrados dirigiéndose hacia el pantalán del fondo. Me quedé perplejo hasta que oí un curioso sonido y ví al famoso Gaspar haciendo de timonel bajo el agua. Me puse a ladrar como loco y él me miró, dejó la boya y se acercó hacia donde yo estaba. Cuando lo ví tan cerca fue tal el asombro que me aplaqué por completo. Podía verlo, oirlo, ¿tocarlo? Le dí con la pata suavemente como cuando juego con mi amigo Mikichito y ni siquiera se asustó. Es muy suave…y enorme…he oído que mide más de tres metros. Pero lo mejor son los ruiditos que hace. Sacó la cabeza y medio cuerpo fuera del agua y me salpicó. Ante tal provocación, me tiré al agua para continuar el juego, pero la diversión no pudo ni empezar porque fue inmediatamente interceptado y puesto a buen recaudo.
No obstante, tuve ocasión de coger el móvil y grabar a mi amigo jugando con un marinero.

Luego estuvo ayudando a amarrar los barcos, llevando los cabos cuando se los tirábamos. Cuando se lo cogías, reía muy complacido.

Desde entonces sigo sus andanzas de cerca y es muy gracioso: sigue al barco de pasaje, persigue las zodiacs, participa en regatas…
Es frecuente ver manadas de delfines por la ría, pero los que había visto hasta ahora eran más pequeños y siempre iban en grupo. He leído que en Galicia la especie más común es el arroaz o delfín mular y se calcula que hay entre 300 y 500.
No se porque Gaspar está solo. Según los investigadores hay unos 70 delfines solitarios, también llamados embajadores, que buscan un sitio resguardado, -un golfo o una bahía- donde haya comida abundante y entran en contacto con el ser humano. Parece que Gaspar estuvo anteriormente en Francia, en la zona de La Rochelle, pero decidió venirse a aguas gallegas. Yo sigo preguntándome por qué. Aquí. Solo. ¿Querrá decirnos algo?
Ya os iré contando si tengo más encuentros o noticias de interés.

Aldán

Aldán es uno de mis lugares favoritos. Es un pueblo muy tranquilo y agradable con muchos atractivos para pasar una jornada muy interesante. Se puede empezar el día desayunando en la cafetería-panadería de Rogelio Iglesias (www.riglesias.es). Tienen un mini desayuno con café o té, zumito de naranja, y mini croissant por 1€ y el grande con lo mismo pero zumo grande y bollería (croissant/suizo) o super tostadas con mantequilla y mermelada por 1.90€. También hay sándwiches y bocadillos (1.70-2.80), tés de los de verdad (1€) y todo tipo de pastelitos. (986329255).

Para comer, un lugar estupendo: O Con de Aldán (986329229) una cetárea con una terracita maravillosa en el puerto. Está abierto de mayo a septiembre, puentes y semana santa, por lo que siempre es mejor reservar. Tomamos pulpo (12€), huevas y salpicón de bonito (10€ cada ración), ensalada magrebí (7€) y tarta de nueces y zanahoria. Todos los postres entre 3 y 4€. También hay carnes (9-14€) y pescados fresquísimos (10-18€). Si os queréis dar un homenaje con marisco, éste es el lugar: te lo sacan directamente del agua.

Si se prefiere una opción en plan picoteo, al final del muelle, encontramos “O Muelle”, también con terracita en verano y deliciosas raciones de fresquísimos mejillones, xouvas, cachelos, pimientos…todo a muy buen precio. No os lo perdáis.

Un paseo por el muelle y un café en alguna de sus terrazas completarán una jornada estupenda.

Hay un club donde alquilan kayaks de mar. Es muy divertido. Yo me lo pasé bomba aunque de vez en cuando me caía algún remazo. Como es el fondo de la ría, el agua está calentita y prácticamente no hay olas. Por aquí se entrena David Cal, nuestro flamante medallista olímpico.
Esta parroquia tiene un toque muy nobiliario gracias a la impronta que dejaron los condes de Aldán. Merece la pena sumergirse en su historia y su cultura de la que se conservan numerosos vestigios y tradiciones.


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Viene mi amigo Mac a Nerga

Hoy estoy muy contento. Me ha escrito un amigo que tiene muchas ganas de conocer las rías gallegas. Nunca ha estado en el mar y siente un gran interés. Aunque sus humanos no le dejan venir, su determinación es tal que ha decidido venir solo. Es un viaje bastante largo y ha quedado en irme enviando la evolución de su periplo. De momento ha mandado un video con los preparativos de la salida, que me han impresionado. Creo que tengo mucho que aprender de él.







Seguiré informando, que ahora me está sonando el móvil.
...
Era él...
Ya está en la playa junto a las barcas.
Llegó haciendo kite surfing y dice que está hambriento. Me lo llevo a tomar algo al restaurante del Solemar, en Nerga (986328101). Tienen una terraza donde nos dejan estar. Os recomiendo la fritada de pescadito y el cocido de los domingos. Ambas cosas por menos de 10 €. Pedid el vino casero del abuelo. Muy bueno. Muchos recuerdos de Mac.

Playa de Viñó (Ensenada de Barra)

Viñó es otra de mis playas favoritas. Aquí siempre suceden cosas interesantes: fue aquí donde vi unos pájaros con un pico largísimo que rebuscaban cosas por la arena y aun estoy intentando averiguar cómo se llaman (si alguien lo sabe…la foto puede ampliarse haciendo click), donde asistí al cortejo de gaviotas y cormoranes en sus rocas casi sumergidas, donde vi por primera vez manadas de delfines…
Aquí juego al escondite en la cueva del fondo, me escabullo siempre que puedo al refrescante bosquecillo de pinos que rodea la playa y escalo un poco por las rocas. Es una playa muy abrigada y tranquila. Aquí conviven nudistas y vestidos, perros y humanos con total naturalidad, incluso en el verano cuando en muchas otras playas vedan nuestra presencia.
El acceso es a través del bosque o de las rocas de Nerga o Barra. Tiene un chiringuito en la parte de arriba donde se pueden tomar refrescos, helados y bocadillos. Sólo abre en el verano.
Esta vez, como es habitual, me vi involucrado en bastantes actividades interesantes: aunque por la mañana la playa estuvo muy tranquila, después de comer hubo suerte y bajaron unos cuantos perros. Recordaré mucho tiempo a uno de ellos. Un cachorrito encantador, valiente y muy buen bailarín. Tras la danza, fui bastante bruto y acabé pisándole un poco. El protestó y se enfurruñó pero se le pasó en seguida y seguimos montándonos nuestro ballet particular.








Después nos sentamos en el pinar y nos tomamos unas empanadas de pulpo y chocos en su tinta de la panadería Cal. Creo que ya os he hablado de su empanada de manzana. Estas también merecen la pena (986329283). Después unos helados y vuelta a casa. Había que darse prisa porque queríamos ir al mercado del pescado de Bueu, que tiene la peculiaridad de que subastan por la tarde cuando llegan los barcos de bajura y a partir de las 6.30 o 7 puedes comprar pulpos, lenguados...de todo, aún vivos!

Ya que hoy no se cocinó al mediodía, a la cena van a preparar lenguado al horno, que parecer ser facilísimo: se doran un poco las patatas, cortadas en rodajas, con aceite de oliva, un poco de ajito (echadlo más tarde para que no se queme) y sal. Se distribuyen en la fuente del horno y encima se coloca el lenguado (cuanto más grande mejor). Al horno y listo...se acompaña de ensalada y un buen vino blanco, por ejemplo, otro albariño, un Pazo de Señorans, que sale por unos 10-12€ en tienda. El lenguado bien lo merece...

Playa de Francón (Ría de Aldán)

Junto a Meduiña, sólo separada por unas rocas se encuentra la playa de Francón.
Es un lugar muy agradable y tranquilo, con blanca arena y agua cristalina.
No tiene acceso directo con coche pero la bajada está asfaltada y es un trayecto corto.
En la parte de arriba hay un chiringuito de madera para refrescos y helados.
También hay una zona con sombra, que nos vino muy bien para tomarnos el picnic. Esta vez nos llevamos un catering de El Gatañal (986302422) . Te hacen todo tipo de comidas por encargo, desde pizzas con horno de leña (umm, la ibérica), hasta lasañas, arroces o churrasco, los postres también están buenísimos. Te recomiendo especialmente la tarta casera de queso con sorpresa de galleta (3€ ). Esta vez tomamos churrasco con patatas y ensalada de regalo por 8.5.€ Todo suculento, muy bien empaquetado y por un precio razonable.
No había casi nadie en la playa, pero por la tarde vinieron unos perretes muy majos y lo pasé pipa. También jugué con el frisbi y pillé un trozo de bocata a la merienda: una jornada perfecta.
Y una buena noticia para nuestro alojamiento: hay un camping con todos los servicios y acceso directo a la playa donde nos dejan estar (controlados, claro): Camping Francón, 986328292.












Playa de Menduiña




Otra playita en la ría de Aldán. Tiene una pequeña arboleda para descansar a la sombra y aparcamiento. La arena es algo gruesa para mis almohadillas pero nada desagradable. Más bien me produce un ligero y estimulante cosquilleo.
Es una playa muy agradable, con agua calentita y aplacerada.
Coincidí con varios amiguetes y me gustó mucho sobre todo una especie de pomerania pura dinamita. Corría haciendo círculos vertiginosos y acabó mareándome un poco. Al final decidí ir a darme un baño y el me siguió enloquecido. Cuando se dio cuenta de que no estaba en tierra firme se subió a mi lomo el muy caradura para no mojarse. Menos mal que era pequeño. Dijo su humano que era la primera vez que se metía en el agua.
En esta playa estuvo hace años ubicada una de las fábricas conserveras de Massó. Ya os hablaré en otra ocasión de este industrial catalán porque es bastante interesante.
Un sitio muy recomendable con gran terraza, vistas a la playa y esparcimiento perruno es el chiringuito del final de la playa. Os recomiendo la empanada. Las hay de pulpo, xoubas, berberechos (4 euros) y zamburiñas (4.5 euros). No os perdáis los calamares, están buenísimos (6.5 euros). Como hacía mucho calor, de postre hubo helados así que no os puedo contar de momento que tal están los postres caseros que anuncian (tarta de queso o piña (3 euros) y flan normal o de chocolate (2.5 euros) pero intentaré contároslo en breve.
Me porté muy bien porque me amenazaron con llevarme al coche que estaba en una buena sombra. Hice gala de un gran autocontrol porque había contactos muy prometedores. Otra vez será. A la vuelta pasamos de nuevo por la cetárea de Punta Couso y compramos almejas. Elna las preparó de cena a la marinera y tod@s dijeron que estaban de rechupete. Aunque no pude catarlas, observé muy bien todos los pasos:
Como siempre se dejan las almejas un buen rato en agua con sal (una horita + o -) dándoles un meneito de vez en cuando para que suelten las arenas. Se fríe cebollita picada con un poquito de sal hasta que esté bien pochada. Se añade una cucharada rasa de harina, se le da unas vueltas y se añade medio vaso de vino blanco (de la mejor calidad posible, brick prohibido) se revuelve y se añaden las almejas. Se dejan cocinar a fuego medio, removiendo de vez en cuando hasta que abran. Se espolvorea con perejil picado y…listo. Hay gente que le añade pimentón rojo, pero yo las prefiero así. Huelen mucho mejor…Os recomiendo tomarlas con el favorito de Fe, un Godello, “Guitián sobre lías” (precio aprox. 10-12 euros). No es barato pero merece la pena.

Area Cova


No os podéis perder esta playita y anexos.
Es Area Cova y pertenece también a la ría de Aldán. Llegamos a ella paseando desde el pueblo de Aldán a través de un bosquecito, alternando con las rocas de la costa. De camino pasamos también por una playa muy pequeña con nombre sugerente: Cova da Balea a la que sólo se accede con marea baja. El paseo por las rocas está muy bien porque en las oquedades se forman una especie de piscinas muy interesantes.

Me gustó mucho Area Cova: suave arena, aguas cálidas y fantásticas vistas. Curiosa-mente tiene una red de voley playa. No había nadie jugando pero debe ser divertido. Muy cerquita (caminando) hay un camping, Aldán, con todos los servicios y nos dejan estar siempre y cuando permanezcamos bien controlados y no demos la lata (Tlf. 986329468). La playa tiene un chiringuito junto al bosque para refrescos y helados y un restaurante muy recomendable para arroces y fideos: el Area Cova. Tiene terraza exterior (donde podemos estar) y otra interior acristalada para los días más frescos. Todas ellas sobre el mar y con acceso directo a la playa.

Tanto las paellas como los fideos son para 2 personas mínimo y están deliciosos. Productos de muy buena calidad y bien elaborados. Nosotros tomamos (yo, como es habitual, la olí más bien) la paella Area Cova, con kokotzas, vieiras y navajas (39€ para dos, o tres más bien). También hay Paella mixta (32€), de marisco (40€) o marinera con pulpo, navajas, almejas y algas (38€). También fideos marineros y Area Cova, ambos 40€. Los postres entre 3 y 4€. Para los carnívoros, hay diferentes tipos de parrilladas y churrasco desde 10.5€. El vino de la casa agradable.Tlf. 986329897. http://www.areacova.com/ Que rico estaba todo!


Si se viene por carretera hay que desviarse en la dirección del camping y seguir las indicaciones. Tiene aparcamiento controlado para clientes cuyo coste va en función del consumo realizado.
No coincidí con ningún perro pero si con un gatito playero muy asustadizo. Todos mis intentos de aproximación fueron inútiles. Fue difícil hacerle entender que yo siento un gran amor, pasión incluso, por los gatos, como podéis ver en la foto (perdón por la deficiente calidad pero fue hecha con el teléfono). Es mi amigo Mikichito. De pequeño hasta compartía (monopolizaba más bien) su cama.

De juerga en Nerga


Hoy hubo novedad en el paseo: Como no aparecía mi tradicional correa roja, Elna decidió usar una vieja retráctil a la que no le funcionaba bien el botón de bloqueo y había que mantenerlo continuamente pulsado para que la correa no se extendiera.
Salimos de casa muy contentos y yo me iba portando muy bien. Al llegar a la curva, gran sorpresa: mi amigo Boss, el pirado, subía ya agotado de corretear por la playa. Iba solo. Seguro que se había escapado de nuevo. Decidí ir a saludarlo con el ímpetu que me caracteriza. Noté tensión en la correa y el consabido “quieto” pero ya estaba lanzado. La tensión desapareció repentinamente. Miré atrás extrañado (es raro que me dejen a mis anchas en esas circunstancias) y vi como Elna bajaba a grandes zancadas y a una velocidad nunca vista. En un par de ocasiones pensé que se iba a caer pero resistió. Su visera estaba en el suelo y la circulación parada. Se acercó a mí sin inmutarse. Ya sabe que no me gusta que me chillen. Dejé a Boss en posición de sumisión y decidí proseguir mi ruta hacia la playa donde seguro que me esperaban asuntos de gran interés.
Como había mucha gente en el arenal y había comenzado el paseo bastante desmadrado iba a tener que llevar la correita esa. Mejor eso que nada.
Mientras estaba en uno de los extremos de la playa, olfateando las barcas de los pescadores, sentí un ligero cosquilleo en las patas traseras. Me di al vuelta y …era un pincher enano, aunque de buen tamaño para ser enano. Elna me dijo la frase mágica “es amigo” y me soltó. Corrimos y saltamos como locos, revolcándonos por la arena. Las humanas del pincher se quejaban de que era hiper-activo, pero a mi me pareció muy simpático.

Cuando ya estábamos muy cansados, Elna me cogió y nos marchamos. Ya había abierto uno de los chiringuitos de la playa así que decidimos hacer una paradita. Es un lugar muy agradable con música pop inglesa, buenas vistas sobre la playa (2 plantas) y una gente muy maja. Nos sentamos en una mesita a la sombra y Elna me dio agua. Ella se tomó un bocadillo vegetal gigante (se comió sólo la mitad y guardó el resto para más tarde, qué autocontrol), con huevo cocido, remolacha, tomate, atún queso y lechuga por 3€. Olía a riquísimo, pero no pillé cacho. Además de sándwiches y bocatas variados (2.5-3.5€), hay también hamburguesas (4€), platos combinados (6.5€), etc. Y en plena temporada, preparan también tapitas marinas (pulpo, navajas…) y comidas por encargo. Todo muy rico. Por ejemplo: pulpo, chipirones, pescaditos, tortilla, pimientos, tomates mozzarela, aguacate con gambas…
Lo mejor es ver el menú y encargar de paso que se baja a la playa para la hora que se desee, pero también se puede llamar por teléfono: La terracita de Marci: 986328989; 697331454.

Estando allí, pude ver cómo llegaba un marinero con varios pulpos enormes. Aunque hay varias teorías sobre cómo cocer el pulpo, os voy a contar la que más me gusta:
Si el pulpo se compra fresco, debe congelarse durante al menos 48 horas. Se deja descongelar el día anterior en la parte baja del frigorífico y a la mañana siguiente se lava bien, prestando especial atención a los tentáculos. Mientras se pone abundante agua a calentar. Cuando rompe a hervir se echa el pulpo agarrado por un tentáculo (suena un poco salvaje pero es así que yo lo ví) y se mete y saca tres veces. Se espera a que levante de nuevo el hervor y se cuentan 40 minutos. Se retira del fuego y se deja otros cinco en reposo. Se corta con una tijera en láminas y se le añade sal, pimentón dulce o picante y aceite de oliva virgen.