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Islas Cíes: la puerta del paraíso

Hoy me siento filosófico: la vida de todo perro, al igual que la de los humanos, está llena de encrucijadas, caminos diferentes para elegir, puertas que se abren y se cierran, dando paso a nuevas y sucesivas elecciones de caminos, salidas y entradas diferentes.
A veces, de modo casual, abrimos una puerta, o logramos asomarnos a una ventana que nos acerca al paraíso.
Algo así podría decirse de las Cíes, y de todas y cada una de estas pequeñas y maravillosas Islas Atlánticas. A medida que uno se acerca a ellas surge la sensación de estar ante las puertas del paraíso.
Esto es particularmente cierto para la especie canina, a cuyos miembros nos tienen prohibido el desembarco, según las normas del Parque Natural, por temor a que nuestro natural travieso y curioso perturbe la paz y el equilibrio de los otros seres vivos que allí habitan. De modo que hemos de limitarnos a contemplarlas desde la distancia, observando desde la cubierta de una embarcación fondeada.
Estas islas, según dice “Fe”, navegante por vocación y marinero conspicuo, según propia declaración, se encuentran a unas ocho millas marinas de distancia del puerto de Vigo, lo que significa que, navegando a vela, y dependiendo del viento y de la embarcación, se tarda entre hora y cuarto y hora y media en llegar, desde esa ciudad populosa y dicharachera, hasta este paraíso natural, donde uno se siente en plena naturaleza, rodeado de paz, belleza y tranquilidad, en agudo contraste con el ruidoso y frenético ambiente urbano.

Las islas son dos, la mayor situada al Norte, con dos partes unidas por un arenal, que forma la gran “Playa de Rodas” y una laguna interior llamada “Lago dos Nenos”, conjunto descrito por un famoso gurú del turismo como “la playa más bonita del mundo”. Creo que no se equivoca.
Hacia el norte se forma otra playa, grande también, aunque de menor tamaño, conocida como “Playa de los alemanes”, en la que es habitual la práctica nudista debido a su carácter más discreto y recogido.

En la parte sur de la isla se forma la “Ensenada de Carracido”, en la que hay un pequeño muelle para el desembarque, con otra playa, pequeña y recoleta, muy apreciada por dar abrigo cuando sopla fresco el viento del norte.

Justo enfrente se encuentra la isla sur, separada por un freu navegable, “Freu de la Porta”, que a la vez da salida al océano desde estas islas, que cierran y defienden la ría cuando hay mal tiempo, cosa que no sucede muy a menudo, no vayáis a pensar.

Esta isla Sur mira a su hermana hacia el Norte desde una preciosa playa, rodeada de exuberante vegetación. Fe suele decirle a Elna que parece una selva de Indonesia; no creo que él haya estado allí, pero lo dice con la misma convicción y lleno de entusiasmo. Ya conocemos el poder de la imaginación.
Estas islas no están actualmente habitadas, aunque tuvieron en el pasado una pequeña colonia y en ellas habitó recientemente un “Robinson Crusoe” voluntario y contemporáneo, nativo de la isla Norte, a la que decidió regresar y hacer de ella su hogar hasta el fin de sus días. Conocido como “Pichoucho”, lleva su nombre, en su recuerdo, el camino que la recorre, de norte a sur, desde el embarcadero de Rodas.

Tenía por refugio, que no por hogar ya que éste era toda la isla como ya he dicho, una choza construida por él mismo; y una chalana (barca de remos tradicional de la zona) junto con algunos útiles de pesca, como única posesión material. Unido todo ello a sus conocimientos como marinero, bastaba para atender a su sustento.
Cierto que en invierno, los tripulantes de los escasos pero asiduos barcos de recreo que invariablemente fondeaban allí, desembarcaban provistos de víveres, que se cocinaban y compartían en tierra, según relata Fe con cierta añoranza. “Pichoucho” ponía los pescados y mariscos y pedía, de buen talante, a los visitantes y, en cierto modo, huéspedes: “traede carne, por favor”, en lo que era complacido, invariablemente también. Tampoco faltaba el vino.

En verano aumentaba la parroquia y sus preocupaciones alimenticias se evaporaban, pues tenía libre acceso al comedor y la cocina del “Parador”, que así llamaban popularmente, con cierta sorna, al chiringuito que en verano regentaba una amable familia, de grato recuerdo, encabezada a los fogones por “a senhora María”, hoy desaparecidos también.
Muchas más cosas se podrían decir de las Cíes, pero hoy sólo añadiré una mención a su peculiar y amable microclima que las hace, según registran las estadísticas, más soleadas y menos lluviosas que las ciudades y pueblos de la ría que protegen.

Para el alojamiento en las islas hay un camping restringido a humanos pero tenemos la opción de pernoctar en cualquiera de los otros campings de tierra, en la mayoría de los cuales sí nos admiten. Están especialmente bien los de Baiona playa, en pleno arenal de la playa de Ladeira (abierto todo el año, tlf. 986350035), Playa America (tlf. 986365404) o Canido Playa (986462072). Respecto a si podemos estar en los bungalows o mobil homes del camping lo mejor es hablar directamente con los encargados del camping. En algunos casos hay que llevar tienda o autocaravana.
Si preferís otro tipo de alojamiento son una buena opción los apartamentos Rodeiramar.
(986301749, http://www.rodeiramar2a.com), desde 50€ por pareja/noche en plena playa de Rodeira (Cangas del Morrazo).
Para acercarnos a la isla es necesario ir en embarcaciones privadas que nos admitan. Os recomiendo el Wind Rider (ver entrada San Simón) (Tlf. 630926278).


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Costa da Morte: Malpica, Xeiruga y Barizo

Aquí reflexionando en una tumbona me he dado cuenta de que puedo llegar a tener problemas. Elna y Fed comienzan a sospechar que uso el ordenador y me conecto a internet. Lo de que vea en la tele los programas de animales y cambie los canales ya nos les sorprende, pero en esto los noto preocupados. Me miran, se miran, me vuelven a mirar y escudriñan el teclado pasando una bayetita preguntándose de donde sale tanto pelo. De ahora en adelante tendré que ser más prudente y soplar un poco cuando termine de usarlo. Y eso no es nada.
Como Fed se entere que a veces le cojo su Nikon (a la que cuida como a un cachorro recién nacido) para hacer fotos de sitios o cosas que ellos no han hecho, no sé. Yo procuro tener cuidado y no la manipulo mucho. Hago lo básico que he leído en el manual pero a veces la uña se me engancha en el obturador y para sacarla de nuevo muevo un montón de controles que no sé para que sirven. Espero no haber dejado pelo aquí también. Estoy un poco nervioso, aunque no hay nada que no arreglen un par de lametones certeros.

Por si las moscas, estos días voy a ser prudente y utilizar fotos de un cd que encontré de cuando era cachorro en la costa coruñesa. Las fotos son de peor calidad porque están hechas con una compacta bastante pocha o el teléfono, pero pueden servir para que os hagáis una idea. Tan pronto pueda las iré sustituyendo.

Adoro esta costa: si quieres sentir realmente la fuerza de la naturaleza y tu lado salvaje, aquí encontrarás tu sitio. Verdes electrizantes, impresionantes acantilados, mares embravecidos y un aire increíblemente puro recargarán tu energía al máximo.
Tanto a Xeiruga (también llamada Esteiro) como a Barizo se llega desde Malpica, un genuino puerto pesquero, dedicado en el pasado a la pesca de la ballena (que horror). Hoy su flota pesquera sigue siendo importante y es un espectáculo verla entrar a puerto hacia las 5 de la tarde. Es una estupenda ocasión para hacerte con un pescado fresquísimo en los puestos de las mujeres de los pescadores.
Las playas son impresio-nantes. Si vas fuera de temporada, es probable que tus huellas sean las únicas en su finísima y blanca arena. En el extremo puedes ver la desembocadura del río Chanca, con un montón de gaviotas con las que estuve correteando. No obstante, aquí con el mar no se juega y ante el menor signo de mala mar conviene quedarse por la orilla. Impresiona bastante ver unos enormes aros salvavidas naranjas anclados en la arena con una enorme cadena y un largo cabo para lanzarlo al agua en caso de emergencia.
Muy cerca, está Corme y el impresionante Faro del Roncudo donde numerosas cruces rinden homenaje a los perceberos que dejaron aquí su vida.
Todo en esta costa es muy intenso y es imposible pasar por aquí y quedar indiferente.
Los restauran-tes de la zona son de una gran calidad y buen precio, aunque también se puede optar con hacer la compra y cocinar riquísimos frutos del mar. Para ello son muy recomendables los apartamentos en los que nos alejamos dentro de un complejo turístico con zonas verdes. Están muy bien equipados, son muy cómodos y nos tratan muy bien: Apartamentos de Oza: 902889762. Por las mañanas llega el panadero de Razo con un pan y unas roscas deliciosas, pero hay que estar pendiente o comentárselo a la persona encargada de los apartamentos. Será el mejor desayuno para salir a explorar con energía.


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Ruta cultural de Faramontaos (Ribeira Sacra, Ourense)



Creo que os encantará este itinerario tan interesante y sesudo. Pertenece al programa de rutas culturales del Concello de Nogueira de Ramuín (Ourense). Parte del pueblo de Faramontaos y se adentra en la sierra de la Corveira.
Está bien señalizado y es muy variado. No presenta ninguna dificultad, salvo alguna pequeña cuesta que otra. Es una zona con muchos riachuelos, manantiales, rocas de formas caprichosas y unas vistas impresionantes.
El punto fuerte de este recorrido desde el punto de vista cultural son los petroglifos de “O Corniño” sobre una roca de aprox. 18x10 m. con diversos motivos: herraduras, cruces, círculos concéntricos…todo muy misterioso. A lo mejor esconde las pistas para un gran tesoro. Me documentaré por si acaso. Seguiré informando.
Si se quiere hacer al recorrido completo, al descender la sierra, de olores fascinantes, hay que cruzar una carretera y se continúa por un camino de tierra que da paso a un sendero de hojarasca en una arboleda que lleva al pueblo de Nigueiroá. Aquí os recibirá una pequeña perrita canela que ladra mucho al principio pero resulta ser muy amistosa.
A partir de aquí hay varias posibilidades: salir de nuevo a la carretera y tomar unos bocatas o sándwiches en la cafetería de As Dornas con terracita perruna (988201267) o continuar la ruta y visitar la ermita del Carpazal o seguir el camino hasta otra pista que lleva de nuevo a Faramontaos. Esta última es asfaltada, por lo que de vez en cuando puede pasar un coche o un tractor, pero circulan despacio y con muy poca frecuencia.
En el propio pueblo de Faramontaos, al pasar la iglesia, la rectoral en ruinas y el crucero, se puede subir al Outeiro do Castro, donde se ubica una fortificación prehistórica.
Sobre lugares de abastecimiento y alojamiento, podéis ver la entrada del bosque husky, que está en la misma zona.
En esta ocasión, como el paseo no fue muy largo, no llevamos provisiones (sólo agua, zumo y pistachos) así que volvimos con muchísima hambre. Mereció la pena. Hubo de menú “arroz faramontano” con carne de jarrete y está buenísimo. No perdí detalle de la preparación. Os cuento:
Pedís al carnicer@ el mejor jarrete que tenga y que lo trocee para guisar.
Se sofríe una cebolla, ajo, puerro y pimiento, todo en trocitos. Se sala. Se añade la carne troceada, se añade otro poco de sal, se le da unas vueltas y se añade pimentón rojo (mejor de La Vera), una hoja de laurel y un buen vaso de vino. Y… a cocer a fuego lento tapado durante unas 2 horas removiendo de vez en cuando con cuidado de que no se pegue.
Llegados a este punto, reflexión: si el jarrete es grande y no sois muchos (hasta 4) podéis guardar la mitad del guiso para congelar y quedar preparado para otro arrocito. Si sois bastantes o pocos y tragones, adelante.
Añadir el arroz, darle unas vueltas con la carne y añadir el agua (2 medidas por cada una de arroz), cuando empiece a hervir el agua podéis añadir si os gustan unos guisantes y se corrige la sal o se añade media pastilla de concentrado de carne. Si os gusta el arroz amarillo, también el azafrán. 20 minutos y listo. Un poquito de reposo y a disfrutar.
No podía perderme una cata así que les hice mi numerito de perro mendicante (no suele fallarme) y logré ablandarlos. Que delicia…os lo recomiendo. Ah y para acompañar un vinito sorprendente de esta zona: Algueira de criaza en barrica.


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Ensenada de San Simón

Hoy he estado en el interior de la ría de Vigo, un lugar muy especial y plagado de historia: la ensenada de San Simón dominada por la isla del mismo nombre. Antiguamente eran dos islas: San Antón y San Simón, hoy en día unidas por un puente. Aquí es todo muy emocionante: la isla estuvo ocupada por diferentes órdenes monacales que buscaban la paz que inspira esta zona.
Fue ocupada por los templarios, testigo de batallas (revueltas irmandiñas), asentamientos religiosos, abandonos, asaltos, saqueos… el propio pirata Francis Drake atacó la isla, el muy malvado.
Pero tal vez, el episodio más relevante tiene lugar en 1702: la batalla de Rande en la que las tropas anglo-holandesas derrotaron a las franco-españolas y saquearon toda la costa. Entre las fechorías, es incendiado el monasterio de San Simón, que tras ser reconstruido y nuevamente atacado por los ingleses, es abandonado.
Se dice que en esta agua sigue sumergido un tesoro de valor incalculable que viajaba en los galeones.
Posteriormente, su suerte fue algo más tétrica pues se utilizó como lazareto y con la guerra civil se transforma en cárcel. Aún hoy en día hay ancianos en Redondela que estuvieron allí presos.
Como la isla es tan bonita, decidieron utilizarla con fines lúdicos y se transformó en residencia de verano de la guardia de Franco pero las vacaciones en la idílica isla terminaron pronto porque dos años más tarde (1950), 43 miembros de la citada guardia murieron ahogados en el naufragio de su barco Monchita –por causas desconocidas- y volvieron a cerrar la isla. Antes de la actual remodelación fue usada como centro de formación de huérfanos marineros. En fín, que tan pequeño enclave ha tenido una historia muy movidita. Esperemos que con su presente uso como lugar de recuperación de la Memoria Histórica, con centro de documentación y biblioteca logre una paz bien merecida.
Hoy en día puede ser visitada en grupos concertados en barcos gratuitos que zarpan desde Redondela y San Adrián de Cobres. Las visitas son de aproximadamente dos horas y es aconsejable reservar plaza. (986903884). En estas aguas suceden las cosas más increíbles: hasta vimos un cisne nadando tan tranquilo.
En tierra, la playa de Cesantes es muy adecuada para todo tipo de deportes náuticos ya que la tendencia es que por la mañana no haya viento y por la tarde sople con fuerza. Del otro lado y hacia Vigo está la Borna, una pequeña playita abrigada del norte.
Como a mí no me dejaban embarcar para ir a la isla (lo que me parece una injusticia porque pude ver perros vigilantes pasándoselo bomba) decidimos ir en un velero alquilado, que si que me admitían y fue todavía mejor. Me encantó la sensación del viento y la brisa del mar. Fondeamos frente a la isla y nos pusimos morados con tortilla y calamares que encargamos en la Taberna del Puerto, (Puerto deportivo; 986220246) y unos deliciosos bocatas y pizza de Brétema (Montero Ríos 12, frente al puerto; 986226260). Todo ello a muy buen precio. También es posible ir a tomar algo a cualquiera de los restaurantes con pantalán de los que ya os hablaré porque pienso repetir y explorar la navegación por la ría a fondo.
El velero es precioso. Se llama Wind Rider en homenaje a un husky siberiano gran navegante y, por tanto, los perros son bienvenidos a bordo. Organizan paseos por la ría adaptados a los clientes. También es posible inscribirse en el club de vela para los que más amen el mar. O puede alquilarse completo y hacer vida a bordo. Tiene cocina, dos camarotes, ducha…Os encantará (Tlf. 630926278)

Para alojarse en la zona, un lugar donde somos bien recibidos es Casa do Pombal en Meira, Moaña (tlf. 678 70 43 74)
http://www.casadopombal.eu/. Tienen una finca enorme, piscina, rutas de senderismo desde la casa, buenas vistas...60€ la habitación doble.


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Ruta ecológica Liméns, Santa Marta, Areamilla, Cangas

Hoy tocó paseo de exploración. Fue muy divertido. La ruta discurre desde la playa de Liméns y Santa Marta hasta el campo de football de Massó en Cangas o viceversa.
Es una ruta muy agradable y variada: el sendero serpentea todo el tiempo paralelo al mar con unas vistas impresionantes de la ría de Vigo y va cambiando ofreciendo numerosos puntos de interés. Las playas de Liméis y Santa Marta ya de por sí merecen la pena. El agua es cristalina y tranquila con una arena fina que termina en un complejo dunar. Un bañito antes de emprender la ruta hará que el pelaje mojado infunda energía para toda la caminata.
Del lado del mar, podremos ver zonas abrigadas con barcas multicolores de pescadores, zonas de rocas con buzos intentando pillar algún centollo, veleros, barcos de todo tipo entre las balizas…Y del otro lado, fuentes y las llamadas furnas, que son cavidades creadas por la erosión del mar contra la roca de la costa y acaban formando una gruta vertical desde la que se puede oir el mar. Da bastante impresión. Esta zona está vallada y protegida pero por si acaso me pusieron la correa para que no saliese del sendero.
Y en seguida encontramos otra playa, Areamilla, donde podemos refrescarnos de nuevo y tomarnos un piscolabis en el chiringuito. Unos bocatas de lomo con queso calentitos y unas bebidas te harán llegar sin problemas al final del recorrido pasando por la laguna de Massó, con multitud de aves costeras (vimos hasta un cisne) y la antigua factoría ballenera, activa hasta el año 1985 y utilizada hoy por los pescadores para varar sus embarcaciones. En este entorno protegido, se pueden ver las tradicionales gamelas y dornas.
Pasando el campo de football se entra en Cangas donde, tras un descansito en sus terrazas (ver entrada Cangas), se puede emprender la vuelta que, curiosamente, se me hizo muy corta. En resumen, un paseo muy recomendable, de gran riqueza ecológica y patrimonial que combinado con un adecuado complemento gastronómico, dejará muy satisfecho a tu cuerpo y mente.

El Bosque Husky


Aunque el mar es mi pasión, la mullida arena, la suave espuma, el estimulante frescor del agua y el viento…también me encantan los bosques. Aquí me aturden los olores: a ardilla, jabalí, corzo, liebre, todo tipo de aves, otros perros, miles de especies vegetales, musgo, hojas, sol y sombra y ¡agua!:. Este año, con lo que ha llovido, el paisaje ha experimentado una gran transformación y antaño dormidos regatos y riachuelos ahora refrescan el camino y lo cargan de aire puro.
Y por toda esta humedad viene el primer consejo: haced que vuestros humanos se calcen unas buenas botas sino el paseo se verá acortado antes de tiempo por tener que vadear algún regatillo (se rajan por cualquier cosa).
Mi bosque favorito está en la Sierra Corveira: robles centenarios, claros alfombrados de hojarasca crujiente, colchones de verde musgo, mágicas rocas o penedos, como les llamamos en Galicia, cataratas bonsái, animalitos aquí y allá. En fin, todo lo que necesito para dar rienda suelta a mis normalmente contenidos instintos.
Hay un rincón muy especial donde está la roca parlante. Tengo que volver con más calma para que me cuente sus secretos. Os iré informando.
El motivo por el que le llamo a esta zona el Bosque Husky es porque antes de llegar yo, vivieron en casa unos huskies que fueron aquí muy felices. Aún noto en el ambiente esa energía y me encanta.
En este lugar nunca me canso de pasear, lo que me lleva al segundo consejo: conseguid que hagan un buen acopio de provisiones, así nadie podrá interrumpir la marcha por hambre o sed.
Hay muchas rutas, caminos y pistas de diferentes niveles, aunque la dificultad consiste simplemente en la mayor o menor pendiente (nunca nada exagerado), ya que el firme es bueno.
Hay rutas de senderismo cultural debidamente señaladas y se pueden ver petroglifos, petos de ánimas, cruceros, iglesias, pueblos pintorescos...
Si os sentís exploradores, se pueden hacer bastantes kilómetros, así que es mejor decidirlo de antemano y avituallarse en consecuencia.
Nosotros llevamos sándwiches de jamón y queso con tomate y de salmón marinado natural (hecho en casa, mi favorito) con la receta de mi amigo Elio que reproduzco sin su consentimiento (la traduzco del gallego). Va muy bien para ambiente de río. Está buenísimo.

Ingredientes:
-1.5kg salmón sin espina central- 900gr de sal marina, mejor si es marina de secado natural pero vale cualquier sal gorda- 600gr de azúcar, al gusto, blanco o moreno- 25gr de pimienta molida- 20gr de eneldo-orégano e albahaca al gusto, un toque. 
Procedimiento:-Limpiar y desespinar, cortar unos lomos bonitos, alargados y de grosor uniforme. Para esto es mejor separar las ventrescas para hacerlas en papillote o a la plancha.
Nota mía: Pedir a la persona donde compréis el pescado que os lo prepare. Elio es un hábil salmonero pero Elna, como muchos humanos, es más destrozona y podría dejar al salmón fino. La pescadera fue muy amable y nos lo dejó estupendo en un periquete. -Mezclar todos los elementos de la salazón y hacer una cama en un cacharro hondo. Sobre esa cama poner el pescado con la piel hacia abajo y cubrir bien con el resto de la mezcla.-Dejar un mínimo de 24h en la nevera, mejor 36h.-Pasado el tempo de curado, sacar de la salazón y lavar ligeramente para eliminar el exceso de sal e especias.-Filetear y disfrutar.-Para conservar, humedecer un paño y envolver guardado en la nevera.”E xa está, non ten nada de truco. Bo peixe e ganas.”
También es posible conseguir buenas provisiones en la zona (muy buenas empanadas en la panadería de Luintra (988201093) y una inolvidable bica en Melias (988257095).
Para alojarse no hay ningún problema ya que hay varias casas rurales que nos admiten. Yo os recomiendo una casa de huéspedes familiar que tiene acceso directo al bosque con unos pequeños chalets adosados perrunos en el jardín. Os llevaréis alguna que otra sorpresa...(622283015).

De perro urbano en A Coruña


Hoy he estado en una ciudad: A Coruña. Me ha gustado mucho: amplias y soleadas calles, hermosos edificios, mucha zona verde, grandes áreas peatonales, largos paseos que circundan la ciudad, invasión de luz, aire fresco y lo mejor, mucho mar por todas partes. Una maravillosa brisa y un ambiente de sal esponja mi pelaje, estimula mis sentidos y hace que el asfalto, el bullicio y el tener que ir atado todo el rato sea más fácil de llevar.
Correteé por un montón de plazas del centro con muy buen ambiente perruno y por el monte de Santa Margarita (no os perdáis la Casa de las Ciencias, un edificio muy esotérico con muy interesantes exposiciones, planetario (sólo para humanos, lamentablemente) con el mágico péndulo de Faucault que prueba la rotación de la tierra. Paseé por los Jardines de Méndez Núñez , la Marina, el puerto, los cantones, la calle Real y el casco antiguo.
Hicimos una parada en Fnac de la Plaza de Lugo (yo tuve que esperar fuera) para comprar unos libros sobre perros. Ahora les da por intentar adiestrarme más a fondo con métodos civilizados pero odiosos: parte del trabajo pasa por ignorarme y no atender a mis requerimientos, que la verdad son pocos y siempre justificados: entrar o salir de casa cuando quiero (es cierto que aporreo la puerta un poco, pero ¿cómo se van a enterar si no?, un paseo, jugar, una cata de deliciosa comida humana de vez en cuando…no pido más. Pero parece que esas menudencias deben ser controladas, mi voluntad doblegada…pero soy bastante cabezón así que me parece que un par de libritos no va a ser suficiente. Ya pueden ir ampliando la bibliografía.
Para tomar un refrigerio podemos optar (según la estación) por las numerosas terrazas que instalan en la ciudad. A mí me gustan bastante las de la plaza de Vigo (Zancocho Vinos y tapas). Muy ricas las pitas y la tortilla. Todo por menos de 5€
Muy abrigadita para los días más frescos es también la terraza del Relleno en Méndez Núñez: el Copacabana. Riquísimo el histórico bocata de calamares con una fresca cervecita por menos de 5€ (Tlf. 981223455). Fueron muy amables conmigo. Muy buena opción en un lugar tranquilo. No hay coches, huele a hierba y es tranquilo y espacioso.
Otro de mis favoritos es sin duda el Lizarrán de Cuatro Caminos (Tlf. 981232011; http://www.lizarrancuatrocaminos.com/ . Aunque no me dejan entrar, los pinchos si pueden salir y te los empaquetan para llevar (deliciosos pinchos entre 1 y 1.3€; brochetas 1.5€ Nos hicimos con un buen acopio y nos los tomamos en la terracita del hotel, especialmente preparada para mí.
Como lo oís: en el Hesperia de Juan Florez (981010300) somos muy bien recibidos en habitaciones especiales con suelo de parquet y terraza. El precio de la habitación es a partir de 53.5€, dependiendo de las fechas y hacinedo la reserva en su propia web, con pago en el hotel. Si te ponen amenities (cama, bebedero, hueso dentífrico y juguete) te cobran un plus de 20€. En mi caso no pagué nada (supongo que porque no cabía en la cama) pero me sentí un VIP (Very Important Perro). Igualmente te ofrecen información sobre veterinarios, paseadores, tienen comida a la carta…Más información y normas de conducta:
http://www.hesperia.es/hoteles/servicios/habitacion-mascotas/
Este nuevo servicio está también disponible en otros hoteles de la cadena en el resto de España.
Aplaudo la aceptación de mascotas en este hotel, ya que, hasta hace poco, ningún establecimiento del centro de la ciudad permitía nuestra estancia (ver también entrada “El gran paseo” y teníamos que desplazarnos a poblaciones cercanas.
Me encontré muy bien en esta ciudad en la que ahora tampoco los perros somos forasteros.

APADAN ofrece en su web una magnífica guía de la ciudad para perros. Enhorabuena.

Cangas del Morrazo

Una de las cosas buenas de Cangas es la pasión por las terrazas. En cuanto sale un rayo de sol, la gente se echa a las calles y terracea. De hecho, las instalan incluso en pleno invierno, aunque llueva. Me encanta esta costumbre porque así siempre puedo acompañarlos a desayunar o tomar un refrigerio.
Me gusta mucho La Marina, a la altura del puerto deportivo. Es un bar como de los de viejo, donde se jugaba al dominó, cartas y ajedrez entre humo y olor a café. Tienen unos churritos buenísimos y magdalenas de panadería muy ricas. Eso más un café con leche y un té 2.70 en la terraza. Los bocatas de jamón asado con queso también están muy buenos.
También es muy recomendable el casco antiguo. Es muy tranquilo, fresquito en verano y abrigado en invierno. La ex-colegiata, de fachada renacentista, es el monumento más destacado. Merece la pena pasear por las calles y observar las casas de patín (escalera exterior adosada) que eran las viviendas de los marineros, donde charlaban al fresco y se cosían y ponían a secar las redes.
El mercado es otro de mis lugares favoritos: pescado y marisco fresquísimo y variado a buen precio. Las pescantinas son muy amables y hay una especialmente encantadora que siempre mete en la bolsa un pescadito pequeño para mí.
La calle real tiene un toque bastante señorial con casas blasonadas y luminosas galerías. Hay muchos perros por la calle y hasta hay una joyería con un letrero que admite nuestra entrada. No es que me interesen mucho las joyas pero agradezco el detalle.
Pero, sin duda, lo más interesante sucede los sábados por la tarde hacia las 7-8. Si paseas en dirección a la calle real desde el mercado, notarás uno de los olores más deliciosos que hayas experimentado.
Según los científicos, el ser humano tiene unos 5 millones de células olfativas. Nosotros 200 millones, pero no temáis, este olor puede también ser percibido por el hombre. Cada vez que aparece, mis humanos se dirigen, como abducidos, al lugar de procedencia: la pastelería artesana “La Vaguada”, en la Plaza de la Constitución (Tlf. 986302033) y cogen, según sale del horno, un esponjoso brazo, con una masita tipo roscón de Reyes absolutamente sublime. Aunque lo tengo totalmente prohibido, logré pillar unas migas y su sabor y textura aun persiste en mi memoria. Es mejor encargar. Se corre el gran riesgo de llegar allí y que te digan, ante un mostrador lleno de brazos humeantes, que ya no quedan.
Y siguiendo con la comida, hay muchos sitios con terraza donde podemos degustar delicias de la ría. Mi favorito es el Macillos (986300517), en el casco antiguo, a la altura de la estación marítima, donde por menos de 10€ puedes tomar un menú estupendo. En esta ocasión nos tocó chocos en su tinta con arroz y fritada de pescaditos variada con pimientos de padrón. Hmmm.
El paseo marítimo es también muy recomendable: desde la estación marítima sale el barco cada media hora para Vigo. Somos admitidos a bordo y no pagamos. La travesía es muy agradable y la zona a la de Vigo a la que llegamos es bastante perruna, con áreas verdes y muchas terrazas (ver Vigo). Junto a la estación marítima se encuentra también la oficina de información turística donde facilitan toda la información sobre la zona. Son muy maj@s. Para alojarse en la zona, hay varios establecimientos que nos admiten. Muy recomendable la Casa Rural do Ouro http://casadouro.blogspot.com/ . Teléfono: 986 328 451 o 617 202 918. Desde 64€ la habitación, iva incluido.
Me ha entrado mucha hambre. A ver si cae algo...