La Isla de Arosa: A Illa

Me ha sorprendido la cantidad de luz que invade la isla y su atmósfera tan pura.
Como buena isla, tiene cantidad de playas, calitas, promontorios rocosos con maravillosas vistas…Es magnífica para dedicarle unas jornadas de exploración por todos sus rincones y sorprenderse ante tanta belleza.
Me gusta el contraste entre el mar y las arboledas que llegan hasta casi la arena, ofreciendo unas estupendas sombras cuando aprieta el calor.
La isla está unida al continente por un largo puente de casi 2 km relativamente reciente (1985). Hasta esa fecha, llegar a la isla era mucho más complicado porque había que hacerlo en pequeños barcos.
Durante el verano es el paraíso de las fiestas gastronómicas con productos del mar: Todos los fines de semana en el puerto de Xofre se pueden disfrutar todo tipo de delicias. Nosotros coincidimos con la Fiesta del Mejillón. Solemos escapar de las multitudes pero en esta ocasión no nos dimos cuenta hasta que llegamos a la isla y vimos las pancartas anunciadoras. Pese a ello, pudimos disfrutar sin problemas de las deliciosas viandas en las terrazas del Risón (Tlf. 610290947), junto al puerto donde me acomodaron en una estupenda sombrita con agua. Ellos se zamparon mejillones gigantes, pimientos de Padrón, almejas, sardinitas, calamares, tortilla…todo riquísimo.
Por el puerto se alineaban un montón de stands con mejillones, sardinas a la parrilla, incluso filloas. Aquellos olores me superaban y como era mi primera fiesta gastronómica se compadecieron (menos mal que son unos blandos) y probé una deliciosa sardina brillante y plateada.
Otra buena opción para comer, cenar o tomar el café es en las terrazas del Punta Cabalo, un antiguo faro reconvertido en restaurante en un emplazamiento privilegiado (Tlf. 661122987). Me pude dar un baño en una pequeña cala entre las rocas. El agua estaba estupenda: tranquila y fresca, justo como me gusta.
Me sorprendió este faro y su historia. El nombre de Punta Cabalo (caballo, en castellano) no viene de las hazañas de un brioso corcel que merodeaba por aquí sino de una de las pocas colonias existentes de caballitos de mar que tienen aquí su habitat.
Me encantan los caballitos de mar: ese cuerpito delicado, su carita resabiada. Parecen muy listos. Y deben serlo si han decidido vivir aquí como pachás. Además de ser monógamos, son los machos los que dan a luz a las crías. Extraordinarias criaturas.
Desde el faro al atardecer se pueden avistar a diario numerosos delfines que vienen también a cenar peces frescos al autoservicio de la playa del faro. Es la llamada "ruta dos gofiños" (delfín en gallego). Os encantará.

Hay muchísimas zonas para pasear organizadas en distintos tipos de rutas, desde paseos peatonales de madera lo largo de las playas en A Secada y el Bao o rutas más urbanas siguiendo la línea del puerto (Xofre) desde el Regueiro al muelle del Pau hasta itinerarios más salvajes como la ruta de los Cons (moles graníticas con asombrosas formas esculturales y nombres con la forma que asemeja, “Con de la foca”, “Con del morro de porco”…) que rodea toda la silueta de la isla. En la oficina de Turismo (Tlf.687807109), frente al Ayuntamiento facilitan planos con todas.
Para alojarse hay unos apartamentos muy cucos de diferentes tamaños y buen precio que nos admiten (Tlf.665788186).
Una isla mágica. Ya tengo ganas de volver.

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